La percepción ciudadana en torno a la calidad de vida en San Luis Potosí ha tomado un rumbo preocupante. En plataformas digitales como Reddit, Facebook y medios independientes, decenas de usuarios han compartido su sentir respecto a lo que consideran un deterioro progresivo de la ciudad y del estado en general.
Los temas que más molestia generan son claros: inseguridad, obras públicas mal ejecutadas, deficiencia en los servicios básicos y una aparente falta de transparencia gubernamental.
La violencia y los delitos patrimoniales, como los robos en transporte público o en zonas habitacionales, han aumentado la percepción de riesgo. Si bien las autoridades han presentado operativos y estrategias, los ciudadanos señalan que estos esfuerzos no se traducen en resultados palpables.
Las obras viales que buscan mejorar la conectividad, como pasos a desnivel y reencarpetamientos, han sido criticadas por su ejecución lenta y la falta de planeación. En algunos casos, colonias enteras quedan aisladas o afectadas por desvíos sin previo aviso ni alternativas viables de movilidad.
Vecinos de zonas como Morales, Avenida Industrias y la colonia Progreso han protestado por los daños colaterales: fugas de agua, banquetas destruidas y caos vehicular sin solución a la vista.
El suministro irregular de agua es otro tema crítico. Habitantes de distintas zonas denuncian cortes que se prolongan por días o semanas, sin explicación ni comunicación por parte de Interapas. En tiempos de sequía, la situación se vuelve aún más tensa, y las pipas no alcanzan a cubrir la demanda.
San Luis Potosí enfrenta un momento complejo. Las voces ciudadanas están levantando la mano no para desacreditar, sino para visibilizar problemáticas que requieren atención urgente. El deterioro no es una percepción aislada, sino un llamado colectivo a replantear las prioridades y actuar con mayor eficacia desde las instituciones.